Bea y Dani, Tallerista de Plástica y Psicóloga del Centro, respectivamente, llevaron en conjunto un taller que permitió intervenir el espacio psicológico, dejando aún más confortable y cálido el lugar que es testigo del empeño y compromiso de todos para estar mejor cada día. Prepararon vitrales con celofán, los objetos creados permitieron jugar con la luz, los colores y superposiciones, para crear reflejos únicos. Una experiencia que permitió no sólo disfrutar del hacer, sin la posibilidad de dejar huella en un lugar tan importante para tod@s.